HISTORIA. CALLE MAYOR

Quince años de historia
Febrero de 1998

Allá por 1982, varios meses después de los mundiales de fútbol de España, el profesor que impartía clases de música en Tudela, tuvo la feliz idea de poner a tocar juntos a sus alumnos. Aquellos diez o quince micos con instrumentos musicales más grandes que sus propios cuerpos conformaron la primera plantilla de la Rondalla de Tudela.

¡Cómo han cambiado las cosas desde entonces! Aunque no todas, pues la configuración instrumental del grupo, basada en instrumentos de pulso y púa (bandurrias, guitarras y laúdes) sigue siendo la misma, acompañada de percusionistas. A pesar de la inmutabilidad de la forma, el contenido musical, en cambio, sí se ha remodelado profundamente.

Los más viejos del lugar (hoy con 24 y 25 años) podrán recordar aquellos tiempos en que daba igual tocar de pie o sentado, al aire libre o en lugares cerrados y en los que algunas de las canciones se cantaban. El traje de colegial azul marino, la falda de tablas...

Tiempo después se trató con el Ayuntamiento la posibildad de que la rondalla dependiera del municipio, pasando a llamarse Rondalla Municipal de Tudela de Duero. Entonces se consumó el primer desplazamiento a tierras algo lejanas, fue el hermanamiento de nuestra Tudela con la otra, la de Navarra. Sin duda, demostramos valor (incluso temeridad) en aquel viaje, pues, sin pensarlo dos veces, marchamos a ofrecer a un público extraño nuestros pocos conocimientos junto a la coral Voces del Duero (entonces Coral Municipal de Tudela de Duero) formando un dúo bastante verde musicalmente (nosotros, incluso tiernos). Sin embargo, los recuerdos de aquel viaje son buenos y las reacciones de los que nos escucharon, también.

En aquella época se consumó algún viaje más como los de Benidorm (Alicante) y Laredo (Santander), además de numerosas actuaciones a nivel local y provincial, amparados por la Diputación de Valladolid. También entonces, junto a la Coral, ganamos un premio de música navideña en un concurso celebrado en al Sala Borja de Valladolid. Durante el intermedio de la final, aprovechamos para estrenar la tan traída y llevada obra El sitio de Zaragoza, de Oudrid, retransmitida en directo por una emisora de radio.

El norable aumento de la calidad del grupo nos llevó a cambiar el nombre de Rondalla por el de Orquesta de Pulso y Púa. Se produjo el hermanamiento de Tudela con Mûrs Erignè y para celebrar los actos del mismo, viajamos a Francia, sin duda una grata experiencia.

El décimo aniversario de nuestra formación volvió a coincidir con fechas importantes para toda España. Se trataba del famoso 1992. Los Juegos Olímpicos de Barcelona, la Expo de Sevilla, el quinto centenario del encuentro con América y el décimo aniversario de la Orquesta de Tudela, sin duda, han marcado hitos en la historia de nuestro país (algunos de estos acontecimientos más que otros).

A partir de entonces, comienza lo que podríamos considerar como la historia moderna de nuestra Orquesta. Se crea una junta directiva más dinámica, nos damos de alta como asociación a niveles provincial, regional y nacional; comenzamos a colaborar con el grupo Amigos de la zarzuela. El número de conciertos ofrecidos aumenta, así como la importancia de los lugares a los que acudimos, y nos metemos en el mundo de las Orquestas de Pulso y Púa. Contactamos con varias, se producen algunos intentos fallidos de intercambio cultural, pero finalmente, conseguimos acudir invitados a los festivales de Cajar (Granada) y al importantísimo Festival de Música Plectro de La Rioja. Además de éste, organizamos la muestra musical que lleva nuestro nombre, de gran popularidad en la provincia. Todo ello en un momento en que las ayudas de la administración local son las mínimas recibidas de estos quince años (ya estamos en el decimosexto), que llevamos funcionando. De ahora en adelante, veremos lo que pasa, si seguimos con estas ganas todo tendrá que mejorar, esperamos que nadie nos las quite.

Quince años son muchos; realmente no hay muchas cosas que duren tanto tiempo, sobre todo cuando se trata de grupos de personas que deben entenderse, pues siempre surgen conflictos y hay intereses diferentes. Pero en la Orquesta parece no ser así; el interés común es el propio funcionamiento y cada problema se resuelve de manera razonada y buscando el consenso entre los componentes. El ambientes es jovial y todos somos amigos desde pequeños. Aparte de pasarlo tan bien (que eso es cosa nuestra), existen otros beneficios que afectan a los demás. Más directamente a los que formaron parte del grupo y ya lo dejaron por la formación musical y humana que adquirieron. A los que disfrutan de nuestros conciertos y ya ven la música culta como algo cotidiano, no algo estratosférico y exclusivo para una elite. Y en general, al ambiente musical que tener una orquesta en un lugar genera (ya sea profesional o no, de mayor o menor calidad); no debemos olvidar que la coral se formó a raíz de la de la Orquesta y que posteriormente, se han creado otros grupos; que lo que anteriomente era, tal vez no un desierto musical, al menos sí un baldío en la materia, ahora es un bonito huerto sembrado de cara al futuro y regado por todos los que hacemos música. En la actualidad ya hay profesionales y profesores que salimos de la Orquesta y su entorno, en el futuro seguro que habrá más.

No nos podemos colgar la medalla de todo lo relacionado con la música que hay en Tudela, pero sin duda, algo de culpa hemos tenido.

©2004 Orquesta de Pulso y Púa de Tudela de Duero