DETRÁS DEL ATRIL


Los integrantes de la Orquesta, en la Plaza Mayor de Valladolid, después de cenar.


De bares.


Luz, Natalia, Ana y Víctor.

David, Andrés con su regalo y Lidia durante la cena.


Ester, Luismi, Gastón, Cristina, Alejandro, Elsa, Miguel Ángel, Alicia, Ana, Luz, Blanca y Natalia.

Pablo, Andrés y Ana.


Cena de Navidad
23 de diciembre de 2011

Y otro año más nos reunimos para celebrar la Navidad. El lugar elegido este año para nuestra tradicional cena navideña ha sido el restaurante Otras Luces, en la Plaza Mayor de Valladolid. La elección se ha producido después de una catarata de mensajes iniciada por Nohelia para decidirnos por uno u otro local. Hemos leído varias cartas, varios menús y al final nos hemos decidido por éste, que por 25 euros incluía no solo comida y postre, sino también copas.

La noche comenzó a las 21:00 horas, cuando los más madrugadores se reunieron en Poniente para tomar unos cacharros. Andrés, Alicia, David, Pablo y luego Víctor, recién salido de trabajar, se reunieron en torno a unos vinos y unas cervecitas para empezar la noche... con una brocheta de solomillo de por medio que luego se demostraría providencial. ¿Por qué? La explicación viene en el siguiente párrafo.

Sobre las 22:00 horas ya estaban Gracia y Esther (guitarra) en la puerta del restaurante, esperando a la llegada de los compañeros. Como fuera hacía frío, se decidieron por ir entrando y ocupando la mesa, que poco a poco se fue llenando por el resto de componentes de la orquesta. Solo faltaron Elena, desaparecida desde hace meses, Abel recién sometido a una operación de cornetes, y Álvaro, que tuvo que quedarse en casa después de que la fiebre atacara a sus chavales. Tampoco se sumaron Mario y Yanhira. Pero ahí estaba el resto, dispuesto a pasar una buena noche... que arrancaría con retraso ya que hasta las 22:30 no llegaron todos, por lo que la cena se retrasó un poco... y de ahí la importancia de la brocheta de Poniente, para ir abriendo boca.

Con Andrés, David, Pablo, Alicia, Vïctor, Gracia y Esther ya sentados en al mesa, empezaron a llegar Ester laúd y Luismi. Natalia, Blanca y Luz (el trío Portillo) llegaron juntas y luego se acercaron Gastón y Cristina. Extrañados por la tardanza del resto, tuvimos que llamar por teléfono a Miguel Ángel para comprobar que estaba, junto con Elsa y su novio Alejandro, esperando a la puerta del restaurante. ¡Que ya estamos dentrooooo!, le tuvo que decir Pablito. A los cinco minutillos llegaron Lidia y Nohelia (que tuvo que dar de cenar a su pequeña Julia) y ya con todos en la mesa, comenzamos a comer.

De momento había lambrusco y verdejo para ir abriendo boca y nos sirvieron además unas sopas de ajo. En principio era una pequeña tacita para cada uno, pero como Andrés, Alicia, Lidia y Nohelia no la cataron (no les gusta, ¡qué sabrán!) hubo algunos, como Pablo y Víctor que repitieron. Gracia también lo intentó, pero cuando se quiso dar cuenta, ya le habían quitado la cuchara de la mesa. Y además, momento histórico, estas fueron las primeras sopas de ajo probadas por Ester laúd.

Llegarían después los platos fuertes de la noche. En principio los habíamos elegido a través de Internet, pero hubo algunos despistados que no recordaron lo que habían elegido y se creó una pequeña confusión en el restaurante... Había más revuelto de huevo del esperado, nadie sabía si los crujientes de Luismi eran de Luismi... Con el segundo plato fue más sencillo. Mayoría de entrecot para los chicos, de tiritas de ternera para las chicas... y musaka para Luz.

Durante la comida hubo tiempo, claro, para las risas, las charlas y los sustos, como el que se llevó David con una araña cuyo recuerdo le perseguiría durante toda la noche.

Los postres trajeron tarta de chocolate con galleta (mmm), sorbete de limón y un plato sorpresa. Como Andrés no quiso postre, nos trajeron una compota de manzana para probar... aunque la verdad es que no tuvo mucho éxito y fue rodando de plato en plato sin que nadie se atreviera a echarle el diente.

Y después, las copas, los cafés, la manzanilla... y el amigo invisible. Este año fue Elsa la encargada de oficiar de maestra de ceremonia e ir entregando uno por uno los regalos. Se nota que nos lo vamos un currando un poco más o que nos conocemos mejor entre todos, por que los regalos de este año han sido recibidos con mucho éxito.

Andrés recibió de Lidia un calientapies gigante con forma de canario. A Lidia le regaló Natalia una bufanda y una guitarra echa con porexpán. Miguel Ángel regaló a Gastón un aparato para hacer mate y Gastón le correspondió con una taza de Naranjito. Víctor recibió de ester laúd una bufanda y Ester laúd un llavero y un pañuelo de Álvaro. Para Gracia fue un panel imantado, regalo de Abel. Luismi se llevó un álbum de fotografías de la orquesta, con él de protagonista, elaborado por Nohelia. David recibió de Luz un juego de cremas y Víctor le regaló a Pablo un libro sobre anécdotas de enfermeros y una fotografía de él su hermano David con la orquesta. Ana le regaló (el envoltorio era indescriptible, todo rosa y lleno de lazos) un juego de brillos, esmaltes y maquillaje a Luz. Y Ana recibió de Alicia un auténtico kit para los viajes orquestiles con fotos, vasos de plástico y películas. Para Alicia fue un gorro y una cajita de chocolates regalo de Gracia. Y Blanca recibió de David (le reconocimos enseguida porque usó el mismo papel de envolver que su hermano) unas pulseras y un fular. Y a Nohelia, Pablito le regaló unos pendientes... ¡y un atril!

Pero sin lugar a dudas el regalo de la noche es el que Andrés le tenía preparado a Álvaro... ¡un megáfono de los chinos! Un auténtico juguete que nos entretuvo durante toda la noche porque no solo amplificaba la voz, sino que además, si apretabas un botón, lanzaba una grabación del oe oe oe oe...

Además, Víctor recibió un regalazo de todos los compañeros de la orquesta, que quisieron reconocer la "dedicación" que tiene con el grupo y la preparación de la página web. El regalazo fue un tanga rojo (en fin) y una tablet. Nivelazo.

Con el megáfono en riestre, y después de que los camareros del restaurante nos llamaran la atención porque los vecinos de mesa habían protestado (no tenemos medida, no tienen sentido del humor) salimos a la calle. Justo a la puerta, Víctor se encontró con dos compañeros de su trabajo (Asua y Nieves), quienes nos hicieron una foto a todos los integrantres de la orquesta en la Plaza Mayor.

A esta hora, cerca de la una y media, comenzó la espantada de algunos de los miembros, como Miguel Ángel, Elsa y Alejandro o Nohelia, que se marcharon a casa. El resto continuó con la fiesta. La primera intención era recalar en La Brújula pero estaba tan lleno que hubo que buscar plan B. Y el plan B fueron los soprotales en San Miguel. Como no podía ser de otra manera, comenzó el recital de fotografías orquestiles y la demostración de Esther guitarra de que sabe todas y cada una de las canciones que ponen en el bar. Da igual que sea perreo, rock o pop comercial, Esther es como los 40 principales con moño. Colocados junto a la puerta del baño, al final teníamos que haber hecho lo pensado en un primer momento de cobrar entrada por ir al urinario... pero nos cortamos, jeje.

Ester laúd, Lidia y Pablo (que comenzaba a trabajar a las siete de la mañana) ya no se acercaron hasta el Soley, segundo bar de la noche, donde continuó el recitla de reaggeton de la noche. ¡¡¡¡Por qué tanto reaggeton en los bares, por Dios!!!! El suelo del bar parecía una ventosa, los zapatos se pegaban al suelo. Aquí hubo otro recital de fotografías, donde destacaron los gorros y las orejas de Navidad que trajeron Nohelia y Ana (gorro amarillo incluido) que no llegaron a terminar la noche. Cerca de las cuatro de la mañana salimos del bar. Con nueva huida. Se marcharon Natalia, Luz, Alicia, Blanca, Vïctor y Gracia. Pero siguieron los valientes. Luismi, Andrés, Esther y Ana, el cuarteto de incansables, quiso continuar la noche en La Brújula. Y de camino al bar vivimos uno de los momentazos de la noche, cuando Andrés, megáfono en mano, se puso a cantar el 'Eu si te pego' y consiguió que un grupo de chavales y chavales se le uniera al cántico mientras bailaban la canción. Andrés es un crack.


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©2004 Orquesta de Pulso y Púa de Tudela de Duero